Experimentar emociones fuertes, intensas, incómodas e indeseadas como ansiedad, pánico, depresión o miedo, que se interponen en tu vida o en tu día a día y te obligan a hacer cosas que probablemente no quieras hacer. Estas emociones tienden a ser tan incómodas que puedes comenzar a hacer cosas o evitar ciertas situaciones, solo para no tener que experimentar estos sentimientos intensos.
El problema es que, al evitar estas experiencias, tu vida puede llegar limitarse y puede que te resulte difícil realizar actividades cotidianas como ir al trabajo/colegio/universidad, pasar tiempo con amigos o simplemente hacer actividades agradables o de ocio. Además, evitar estas experiencias intensas puede estar causando que pospongas la consecución de objetivos significativos para ti, que te pierdas eventos importantes o que cambies planes importantes. El problema principal es que estas experiencias intensas, fuertes y/o incómodas se han convertido en el foco de tu día a día y te impiden vivir la vida que deseas.
Aunque todas las personas experimentamos las mismas emociones, éstas se convierten en un problema para una persona cuando la frecuencia, la intensidad y la angustia asociada es mucho mayor de lo deseado. Así pues, todos los trastornos surgen de la tendencia a experimentar determinadas emociones con mayor frecuencia, intensidad y angustia que alguien sin ellos. Con el propósito de disminuir este malestar que se genera, las personas con trastornos emocionales tienden a realizar ciertas cosas y comportarse de ciertas maneras para tratar de manejar o controlar estas experiencias, pero estas estrategias tienden a ser contraproducentes.
Pregúntate:
¿Con qué síntomas creo que necesito ayuda? ¿cómo se interponen estas experiencias en mi vida cotidiana?
Si no encuentras respuesta a estas preguntas, es posible que no se trate de un trastorno emocional.
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